Dado que al parecer no hay un claro «ganador» del debate; el que sale ganando es ya saben quién.
- El excesivo protagonismo de los moderadores era necesario para romper lo acartonado de estos debates en México. Sí, Yuriria podía resultar fastidiosa. Sí, León tardaba como cinco horas en formular las preguntas. Pero justo se trataba de eso. Hay mucho que mejorar en este formato.
- Las mejores preguntas no vinieron de los moderadores (que quizá confundieron su papel con el de entrevistadores) sino del público.
- El Bronco, orangután nomás, quedó ya fuera. No obtendrá más del 3%, en el escenario más optimista para él.
- Creo que no fue un debate que logre cambiar dramáticamente las simpatías y la tendencia general. Quizá el tercer lugar se acerque, no mucho, al segundo. Así, la siguiente parte de la campaña será ya un plebiscito hacia López Obrador.
- No veo manera en que la tendencia cambie de aquí al último debate. Para mí, la probabilidad de que gane AMLO sigue siendo de más del 90%.