Rusia 2018: ganó México y quienes apostamos por Alemania no somos traidores a la patria

El futbol es un deporte muy simple, muy básico. Once contra once, intentando pasar un balón detrás de una línea final. El que más balones meta en eso que llaman «portería», gana.

Ahora bien, el futbol profesional moderno es una mercancía, un producto comercial muy cuidado por sus dueños. [El mundial, además, es un torneo que exalta el nacionalismo. Que haya referencias a batallas, a guerras, no es casualidad].

En ese deporte simple, Alemania es una «potencia»: ha ganado por décadas, tienen programas para crear futbolistas, su forma de jugar es eficiente. Es cierto que hay 22 jugadores y que los fantasmas y la historia no juegan en esos noventa minutos. Pero noten esto: el actual equipo alemán es casi el mismo que le metió siete goles a Brasil, el mismo que le ganó una final a la Argentina de Messi, que ha aplastado a equipos poderosos en los últimos ocho años.

A «esa» Alemania le ganó el equipo mexicano hoy. La misma selección mexicana que perdió uno de los partidos más vergonzosos de las últimas décadas (Chile 7- México 0, 2016); la misma que había perdido siete días antes contra una modesta Dinamarca. En ese juego simple, el absoluto favorito era Alemania. Apostarle a México era un acto de fe o uno de ignorancia.

Por lo tanto, no somos «malos mexicanos» quienes en la quiniela fuimos Alemania. Tampoco somos traidores a la patria por pensar que podríamos ser la nueva Arabia y considerar que un 7-0 era un marcador probable. O al revés: no tienen superioridad moral esos que hoy preguntan, con cierto tonito pedante: «¿dónde están los que pensaron que México iba a perder?».

Gente: es un juego que, como sea, da infinita alegría a millones de personas. No hay traiciones a la patria por decir lo obvio: hasta antes de las 10:00 am de hoy, la selección mexicana de futbol llegaba como la víctima favorita del campeón del mundo. Bájenle un poquito a su intenseo ideológico.

Digo, estoy feliz de ver a mi papá feliz porque nunca en más de 70 años había visto esto. Y contento de que me haya equivocado en este pronóstico. Mucho. Solo eso. 😉

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